¿Qué es la violencia?
- Agradecimientos
- Preguntas que me hago acerca de los problemas que les interesan y que, con sólo leer los diarios, una puede imaginar: violencia policial? violencia doméstica? Violencia de género? Violencia carcelaria? Violencia de clase? Y si aumentamos el ángulo de perspectiva histórica también nos preguntaremos por guerra civil y genocidio.
Sin ninguna duda todos esos problemas pueden ser abordados en este ámbito sin temor a equivocarnos.
1. El sometimiento del
otro
Teniendo en cuenta toda esa gama, y como es
imposible profundizar en todos los problemas,
me parece importante comenzar por un planteo general para acordar de
qué hablamos cuando hablamos de violencia.
Tal
como ocurre con todos los conceptos en ciencia, aún con aquellos cuyo uso
cotidiano nos parece que sintetizan hechos "de evidencia directa",
desde una concepción no positivista tampoco
para la violencia existen observables directos. Uno de los descubrimientos
de la epistemología genética que hace tan sólo treinta años era ignorado por la
mayor parte de los científicos, consiste en señalar esta creencia como una de las formas en que se expresa el
realismo en la historia de la ciencia. ¿ Qué queremos decir con
esto? En el caso de los niños, el
realismo es la etapa – que se supera a
partir aproximadamente de los 11 años – en que se identifica el pensamiento con
la palabra y las palabras con las cosas.
Y lo real son las cosas, las que se ven y se tocan.[i] Al
respecto Piaget señala que “el niño, como el hombre inculto, parece
exclusivamente vuelto hacia las cosas”.
O sea que, en el caso de la violencia, hasta hace muy pocos años, la
creencia generalizada era que podíamos observarla directamente. Hoy sabemos que
un simple registro perceptivo está siempre subordinado a un esquema de acción
que supone un conjunto de relaciones. Un hecho
es siempre el producto de una composición de una parte provista por los objetos
y otra construida por el sujeto [ii] y la
intervención de este último es tan importante que puede llegar hasta una
deformación, represión o rechazo de los observables, o sea que el pensamiento puede llegar a desnaturalizar
el hecho en función de la interpretación. Se reconoce así, en la
constitución misma de su conocimiento, la posibilidad de existencia de formas reales de violencia no directamente
visibles que, sin embargo operan sobre lo que es esencial al vínculo
violento: el sometimiento de una de
las partes.
Antes de entrar al análisis de la violencia en sus
formas sociales y políticas quiero señalar
que existe una perspectiva de la violencia individual que remite al
ámbito de las pulsiones, que llamamos agresión,
que
se objetiva en una conducta defensiva y direccional positiva, restauradora del
equilibrio interno del sujeto, orientada a "devolver el golpe" sobre
quien interpreta que lo ha dañado. Pero sabemos que el ejercicio de la agresión
no se da en el vacío sino que puede ser culturalmente favorecido o desalentado.
Aguiar ha trabajado este problema, [iii]
cuyo origen está en Freud, el creador del psicoanálisis. [iv]
La diferencia de significados ya está planteada en la etimología, que nos habla
de la historia de las palabras: agresión,
de origen griego, significa en su raíz "agreste", salvaje, grosero, y
de allí propio del "agro", no urbano, no civilizado. Violencia en cambio ya es palabra
latina, cuya raíz "vis" o "vir" significa fuerza. Ya en su
origen, "vis" forma parte de palabras con significados aparentemente contrapuestos, como
"violación", y como "virtud", que nos habla de la fuerza de
ánimo, del valor, de la fuerza moral. Tal como lo ha señalado Eva Giberti, esta doble significación también se encuentra
en la cultura griega clásica. [v]
Decimos que sólo
aparentemente se trata de significados contrapuestos porque lo que esa
historia del concepto descubre es la escisión
que nuestra cultura, en sus vertientes grecolatina y judeocristiana introduce
en la noción del cuerpo del hombre: entre un cuerpo (material) y un alma o una
psique (no material), entre el yo y el cuerpo, como si uno fuera concebible sin
el otro. En ambas instancias es posible y se verifica la presencia de fuerza,
de fuerza material.
2.
Poder y violencia.
Siempre que se habla de violencia las imágenes
dominantes remiten al ejercicio de la
fuerza material: los golpes, las armas, los " hechos de sangre", en
suma, el "estallido", el combate. De algún modo, estas imágenes
suponen la existencia de dos fuerzas que se enfrentan y se miden, que de algún
modo, realizan una confrontación que aparenta
ser "entre iguales". Pero la mayor parte de las confrontaciones
violentas no tienen esta apariencia obvia.
En cambio sí suponen una relación desigual entre las partes, una relación de poder que, o bien existe ahora o bien se quiere que
exista, y éste sería un segundo
rasgo esencial del vínculo violento.
Las imágenes donde vemos la aplicación de la fuerza material encubren la existencia y
el funcionamiento de las relaciones violentas más frecuentes y cotidianas en
nuestra sociedad, donde no se ve el
ejercicio de la fuerza material, y que por ello han sido naturalizadas, normalizadas, porque en ellas uno de
los términos está situado en el lugar del poder y la autoridad, a quien el
"otro" le debe respeto y
obediencia. O sea que la fuerza material se aplicó mucho antes, en el
proceso de construcción de la relación.
¿Qué es entonces violencia? La
violencia es un vínculo, una forma de relación social por la cual uno de los
términos realiza su poder acumulado.
La respuesta habitual del sometido es la obediencia a la autoridad; el
acatamiento a un orden social y jurídico
que comparte ideológicamente con quien ejerce el poder y que es similar a la
aceptación del orden familiar por parte de los niños pequeños, para quienes las autoridades son figuras queridas: padres
y maestros.
Pero la experiencia en nuestras sociedades
capitalistas es que hay una alianza de
clases entre quienes detentan el poder – las clases dominantes- y una porción importante de la sociedad, que
en cada caso hay que estudiar y detectar, y que esta alianza suele ejercer poder y violencia sobre grupos o sectores subordinados diferentes
– porque son más pobres, más incultos, más débiles, más vulnerables, o que
arrastran una subordinación histórica, como las mujeres y los niños,
considerados propiedad por el dominante -
o que son disidentes, porque no
aceptan en su totalidad el orden establecido, o luchan por cambiarlo, y
se les niega ese derecho. Este núcleo de las relaciones de poder y violencia
constituye a su vez el núcleo del fascismo, cuando esa negación alcanza
a los cuerpos portadores de las diferencias, y está en el origen del genocidio.
El investigador norteamericano Stanley Milgram,[vi]
preocupado como muchos investigadores en
la segunda mitad del siglo XX, por los
hechos producidos durante el genocidio nazi durante la Segunda guerra Mundial,
se propuso realizar un experimento con
una muestra de sujetos, a quienes convocó a su laboratorio de
Psicología de la Universidad de Yale en 1960, mediante un aviso en el diario y
un pago de 4 dólares por una hora de
trabajo y 0,50 de gastos de traslado. La consigna era colaborar en un “experimento de memoria”.
El aprendiz recibiría un castigo si se equivocaba en la correcta memorización
de pares de palabras.…..
Describir el experimento: el
instructor- el aprendiz- una consola con 30 generadores de descarga de 15 v de
electricidad cada uno, dispuestos horizontalmente, o sea un total de 450v.
Este experimento se replicó en la película francesa I… como Icaro, I… comme Icare de Henri Verneuil, estrenada en 1979, con el actor francés Ives Montand. El resultado fue que la enorme mayoría
de los participantes (63%), comprometidos por el investigador para colaborar en
la realización de un experimento científico, eran capaces de ejercer una violencia creciente contra otro ser
humano, sin más presión que la del ayudante del laboratorio, que, ante las
dudas del instructor, le señalaba que debía seguir, siguiendo pautas
preestablecidas.
El experimento fue hecho en varias etapas en las que
llegó a examinar en diversas situaciones a alrededor de 1000 sujetos y recién
en 1971 y 1972 Milgram obtuvo una beca Guggenheim para irse a París y escribir
su libro. El experimento fue replicado
en distintos países, a veces sustituyendo a los sujetos humanos por pequeños
animales, y siempre con resultados
similares.
Tal como señala Marx en el siglo XIX, y tal como hoy
se hace más que nunca visible, las
condiciones materiales y sociales de existencia de los cuerpos humanos no son
homogéneas para el conjunto de la especie, escindida entre la clase de los apropiadores, que lo son no sólo del
trabajo excedente sino de la fuerza potenciada que produce la cooperación entre
los otros cuerpos, los cuerpos productores de valor, tratados como cosas y
despojados por tanto de su poder.
El proceso de "cosificación" de los
cuerpos productivos se intensifica con el desarrollo capitalista, al punto que
muchos de estos cuerpos productivos son hoy solamente "cuerpos sobrantes",
a los que el sistema no da cabida.
El capital fue desde el inicio el gran "nivelador" que transfirió a
la máquina en primer término las cualidades más específicamente humanas de los
cuerpos productivos: las "operaciones inteligentes" ( Marx, K. El Capital,
tomo I, cap. XIII), antes que los movimientos que ahorraban fuerza muscular,
proceso que objetiva la expropiación creciente del poder de una parte de la
especie humana por otra.
Este lento proceso expropiatorio no se produjo de un
día para otro: se trataba de la contrucción de un sistema de relaciones, y se aceleró a partir de la Segunda Guerra
mundial , con el siguiente resultado, que puede apreciarse en el gráfico siguiente, y corresponde a los
primeros años de la década inicial del siglo XXI:
Gráfico 1. La Distribucion Mundial del Ingreso a comienzos del tercer
milenio
(Ver gráfico en la versión Word:
http://www.violentologia.org/foro_que_es_la_violencia_ines_izaguirre.html
Este gráfico, conocido como “la copa
de champagne”, muestra las grandes contradicciones del capitalismo en su etapa
actual: Dividiendo la población mundial
en quintiles, donde el 20% más rico ocupa el quintil superior, y el 20% más
pobre el quintil inferior, encontramos que el quintil superior acumula el 87%
de las riquezas producidas en el mundo, que aumentan año tras año o sea que el
80% de la población del mundo vive y disfruta sólo del 13% de las riquezas
totales. Dentro de este 80 % - unos 5.000 millones de personas - el 20 % más
pobre, unos 1250 millones, viven con sólo el 0,9% del total de las riquezas
producidas. Estas
disparidades se vuelven aún más alarmantes cuando tomamos conocimiento de las
siguientes cifras dadas por las Naciones Unidas: Las fortunas combinadas de las
250 familias mas ricas del planeta, equivalen a la riquezas disponibles de los
¡ 2500 millones de personas mas pobres !
Este gráfico muestra el desarrollo contemporáneo de
una de las leyes económico-sociales descubiertas por Marx, que funciona como un
reloj, un siglo y medio después de formulada: La ley general de la acumulación capitalista: [vii]que
reproduce permanentemente máxima riqueza
en la cúpula y máxima pobreza en la base.
Es cierto que muchas apropiaciones se consiguen con
guerras, pero este gráfico sólo muestra
la producción de valor y los cuerpos humanos que lo producen. Sin
trabajo vivo - sin cuerpos - no hay plusvalor, ni valor, ni poder.
Todavía no ha logrado
objetivarse con la misma claridad cuáles son los atributos del poder, que es la
contracara del valor.
El poder es fuerza , fuerza material, y por lo tanto
es una dimensión de todas las relaciones sociales, como nos lo ha mostrado
Foucault. Sólo localizamos ciertas cosas, la primera es el Estado , que
identifica la concentración del poder político y social. Max Weber ha señalado de modo preciso que una
de las dos principales instituciones constitutivas de la organización social a
la que llamamos "Estado" es el monopolio
del ejercicio físico de la violencia en un territorio dado. La otra es el cuadro administrativo [viii],
o sea la burocracia.
La segunda instancia a
la que se atribuye poder son las armas, reificadas por un
pensamiento "militarista" simplificador de origen burgués pero
también de uso en el campo revolucionario, en un ejemplo casi puro de
fetichismo de un objeto al que se le atribuye "poder" [ix] .
Nuestras clases dominantes , no sólo en nuestro
país, sino en todo el Cono Sur construyeron antes que en el mundo central
desarrollado las pautas más firmes – con
el nombre de ajuste, que hoy se
aplican en Europa y en USA- para expropiar los “beneficios” que parecían extenderse a la clase
trabajadora, en un tímido “estado de bienestar” que se había producido en la
inmediata posguerra de la 2ª. guerra
mundial. Dos décadas después, en los 90,
se lo llamó neoliberalismo. Se produjo antes que en los países
desarrollados. En realidad , como ha sido mostrado por diversos investigadores
, se trataba de detener el desarrollo de otra
ley económica que se anticipaba
en El Capital de Marx: La tendencia
decreciente de la tasa de ganancia.
La 2ª. guerra tuvo un eje ideológico claro: destruir
al socialismo real, que por primera vez, en los finales de la
1ª. guerra mundial, se producía en un
territorio alejado de Europa.
La política de propaganda anticomunista y
antimarxista en el mundo se complementó con la embestida del maccarthysmo
en el interior de Estados Unidos y su política de delación, con el frustrado
intento de invasión a Cuba, y con la vigilancia ideológica contra el marxismo y
el socialismo al interior de nuestros países durante toda la llamada guerra
fría. [x]
por medio de bien entrenadas dictaduras militares, apoyadas y conducidas - en el caso de Argentina -por el poder
económico concentrado y aceptadas,
toleradas y, hoy sabemos, ayudadas, por buena parte de la dirigencia
política, por la iglesia católica y también por el poder judicial.
40 años tardaría el nuevo imperio norteamericano
desplazar al viejo imperio británico y
conseguir la implosión del socialismo real : Lo logró por medio de 146
guerras en distintos lugares del planeta entre 1945 y 1990, en las que hubo
alrededor de 35 millones de muertos, de los cuales el 75% era población civil. [xi]
Con esas guerras lograba
no solamente producir y vender armamento pesado, sino avanzar en el
conocimiento estratégico de los pueblos
que se enfrentaban y aprender de sus predecesores británicos y franceses que era necesario ganar mentes y corazones, por
medio de lo que hoy llamaríamos políticas sociales. También debilitar y derrotar
a quienes apoyaban a los países socialistas, y desarrollar un
extraordinario aparato de inteligencia.
La 2ª gran crisis mundial del siglo XX, aunque no
tuvo la envergadura de la crisis de
1929- 30 , se produjo en el año 1973 hasta 1974
y fue llamada crisis del petróleo.
Tuvo que ver con el aumento del precio del crudo decidido en forma unilateral
por el grupo de países exportadores de petróleo -árabes y del medio Oriente-
(Arabia Saudita, Irán, Irak, Emiratos árabes Unidos, Kuwait, Qatar, Argelia,
Egipto y Libia) del que Estados Unidos
era el principal consumidor,[xii]
y al embargo que decretaron a partir de la guerra de Yom Kipur, por la que
querían obligar a Israel a devolver los territorios ocupados en la guerra de los 6 días de 1967.
El embargo duró hasta marzo de 1974, en que
lo levantaron, con excepción de Libia, pues ya afectaba a países amigos, como
Holanda, Portugal, Rhodesia y Sudáfrica.
El resultado de los acuerdos fue un
drástico aumento del precio del crudo, que enriqueció a los países de la OPEP y
provocó restricciones en la economía norteamericana. Los países exportadores de petróleo invirtieron rápidamente en países
de la periferia necesitada de dólares, y coincidió, en nuestros países, con las
dictaduras militares. Fue el origen de nuestras grandes deudas externas.
Todos estos procesos
hicieron que se acelerara la tendencia decreciente de la tasa de ganancia
capitalista en los países más desarrollados [xiii] y que avanzaran en la
década del 70 primero en nuestros países periféricos y en la del 80 en el
capitalismo central (con M.Thatcher en el Reino Unido y R.Reagan en EEUU) con las medidas de política económica que a partir de entonces
se conocieron como neoliberalismo.
El eje ideológico que acompañó el
desarrollo de esta supuesta guerra fría – la lucha contra el marxismo y el
socialismo- fue sufriendo transformaciones, porque era previsible que en poco
tiempo la economía de la URSS entraría en colapso.
Reagan pone en marcha en los 80 el “Proyecto sobre Guerra de Baja Intensidad”
que se tradujo en un escrito de dos volúmenes editados en 1986 con el fin de
poder aplicar los conocimientos logrados en América Latina.
Esta doctrina le atribuye a los
conflictos signados por la baja intensidad algunas características básicas, que
innovan en lo que se considera la teoría clásica de la guerra:
A diferencia de la alternancia –
política-guerra-política- que plantean
tanto Clausewitz como Foucault, su carácter es tanto político como militar; las
operaciones armonizan acciones clandestinas y abiertas; y no tienen límites
territoriales o frentes de combate claros. Sus fronteras son ”imprecisas”. [xiv]
(Recordar Agustín Lanusse, gral. argentino que llevó hasta 1973 la primera dictadura militar de la segunda mitad del
siglo XX en Argentina, que habla de “fronteras ideológicas”). Esto no equivale
a reconocer el control político sobre lo militar, sobre lo que ya hablaba
Clausewitz, sino a que se debe intervenir simultáneamente de las dos maneras. Dicho en otros términos, más que una
guerra, se trata de una política explícitamente armada.[xv]
En los últimos años se abrió una nueva etapa del desarrollo de la
doctrina contrainsurgente. Los Estados
Unidos promueven un nuevo salto cualitativo doctrinario, que a partir de
Bush se llamará guerra contra el terrorismo que busca, entre otras
implicancias, apuntalar las invasiones militares fuera de su territorio.
La perspectiva esgrimida desde el 2002 – fundada en el atentado del 11 S
del 2001- transforma la soberanía de los
demás Estados en una soberanía condicionada al respeto de unos
determinados valores que se declaran como universales (libertad, la democracia y la libre empresa)
y de un modelo concreto de Estado basado
en la primacía del Derecho, la separación de poderes, la igualdad social y de
género, la tolerancia étnica y religiosa y el respeto a la propiedad privada.
La traducción de esta definición en términos políticos concretos es la
siguiente:
El único Estado soberano es el de los Estados Unidos que, a su vez,
tiene vía libre para avasallar la soberanía en cualquier lugar del mundo, cuando se quebrantan los valores
que ellos mismos definen. (García y Rodrigo, 2008: 181)[xvi]
Esta postura es el correlato de asumir que los Estados Unidos se
encuentran
en guerra dondequiera que haya
sospechosos de terrorismo, independientemente de si existe un peligro real y antes que se forme una amenaza
concreta.
Como el terrorismo que se persigue es un método, y no una persona o un
grupo de personas, toda la población de un país se convierte de pronto en
objetivo militar. Esto ha llevado la
llamada Doctrina Truman a su máxima expresión.
Con la finalidad de ejercer ese control, Estados Unidos ya tiene más de
1000 bases en el mundo, sumadas a las numerosas bases de la OTAN y a los comandos
regionales (algo así como estados mayores).
Este es el mundo en que vivimos hoy.
la mundialización contemporánea asociada
al capitalismo es por naturaleza cada vez más polarizante. Con esto quiero
decir que la propia lógica de la expansión mundial del capitalismo produce una
desigualdad creciente entre quienes participan del sistema.
3. El genocidio en Argentina y el Cono
Sur
Nuestras clases dominantes y sus
diversas dirigencias – económicas, políticas, eclesiásticas, militares y del
aparato judicial – subordinadas por identidad de clase y de intereses a los
grupos concentrados nacionales y trasnacionalizados, se convencieron de que
había que eliminar todos los obstáculos
que se opusieran a su dominación hegemónica, y que corría el riesgo de perderse
ante el avance – desde comienzos de los años 60, con el derrocamiento de
Frondizi ante el triunfo electoral peronista - de la clase obrera radicalizada
en alianza con el movimiento estudiantil. Estos sectores populares fueron
estimulados a luchar contra la política de policías bravas de Onganía, quien
centró la represión en la persecución de universitarios y científicos en las
principales Universidades, y de obreros industriales en Córdoba y Rosario, además de generar una fuerte desocupación con
el cierre de 11 ingenios tucumanos, para mantener el precio competitivo del
azúcar en el mercado internacional.
O sea, eliminar a todos los grupos
contestatarios que lucharan por una sociedad más justa. No vacilaron en preparar el
terreno – y las listas- para perpetrar un genocidio, después de derrotarlos en
una confrontación armada, de clase.
Las fuerzas armadas estatales de nuestros países ya estaban preparadas
en los años 60 para desarrollar una guerra contrainsurgente. Desde fines de los
años 50 venían asesores franceses a impartir clase a nuestros militares, y que
luego impartieron a los norteamericanos en la Escuela de Panamá. Sobre todo
clases de tortura, al igual que hoy sigue haciendo Estados Unidos en bases
propias, aviones, barcos, etc.
Retomando el eje ideológico
de la guerra fría y de la fuerza social contrarrevolucionaria en Argentina, una
vez derrocado Cámpora del gobierno luego del combate de Ezeiza, la atribución
de marxismo fue equivalente a la de subversión, y posteriormente a la de terrorismo particularmente durante la última dictadura
cívico militar, hasta su conclusión. O
sea razón suficiente para que, luego de la derrota de la fuerza popular
revolucionaria, que se produce a mi juicio hacia fines de 1975, le siguieran la
persecución política, el apresamiento, el asesinato y la desaparición forzada
de miles de personas por parte de las fuerzas estatales y para-estatales, o sea
el genocidio.
Pocos
días después de le ejecución de José Ignacio Rucci el 25 -9-73, tan sólo dos
días después de ganada la elección por Perón, para lo que sería su última
presidencia, el Consejo
Superior Peronista presenta ante los
gobernadores y delegados justicialistas de las provincias un Documento
reservado en el que se planteaba con toda nitidez que debía procederse a una depuración ideológica del Movimiento Nacional
Justicialista de todo rastro de “marxismo”. Tal como registra el diario La
Opinión del 2 de octubre de 1973, luego
de hacer referencia a la muerte de Rucci, el documento plantea que:
"Este estado de guerra que se nos impone no puede ser eludido y nos obliga
no solamente a asumir nuestra defensa, sino también a atacar al enemigo
(los grupos marxistas y terroristas y subversivos) en todos los frentes... Los grupos que en
cada lugar actúan invocando adhesión al peronismo y al Gral.Perón, deberán
definirse públicamente en esta situación de guerra contra los grupos marxistas
y deberán participar activamente en las acciones que se planifiquen para
llevar adelante esta lucha". [xvii]
Que hubo continuidad en esa
persecución lo prueban los datos de mi investigación sobre El genocidio en
Argentina, ya que el 16,5% del total de muertos y desaparecidos de los que se
conoce la fecha de la baja, es anterior al 24 de marzo del 76, de los cuales la
gran mayoría es posterior a la muerte de Perón, el 1º de julio de 1974. Hay
casi un 10% de los que se ignora la fecha y un 74% producido después del 24 de
marzo del 76.
También
se prueba que la fuerza social revolucionaria, estuvo constituída por sectores
populares, sobre los que se operó el aniquilamiento: Mientras el 68,6 % son asalariados ( 36,7 con
condiciones de vida obrera y 31,9 con
condiciones de vida de pequeña burguesía), la pequeña burguesía independiente
alcanza al 30,2%, o sea que entre las 3 fracciones sociales cubren el 99% de la
fuerza aniquilada.
La pérdida del valor de la vida
humana, al igual que la del resto de las mercancías, alcanza su plenitud en el
siglo XX, en la etapa imperialista, con un desarrollo históricamente inédito de
las fuerzas productivas y de las desigualdades sociales para instalar la
práctica - desde el lugar del poder - de la matanza de humanos en gran
escala. La política imperial en el mundo nos muestra esto.
Quisiera ahora mostrarles algunos
datos de otras formas de violencia que existen hoy, sobre todo en la Pcia. de
Buenos Aires, y contra la cual todos – y
sobre todo Uds.- debemos luchar. Me
refiero a la violencia carcelaria.
El Dr.
Roberto Cipriano, que preside el Comité contra la tortura en la Comisión Provincial por la Memoria, un
organismo cuya labor es extraordinaria, con el que cuentan también Uds. nos
decía en un trabajo que expuso en las Jornadas de nuestra Revista de Conflicto
Social en noviembre de 2011:
“Argentina tiene hoy más o menos 65 mil personas encerradas en todo el
sistema penitenciario, provincial y federal, de los cuales cerca de 30 mil
están detenidos en la provincia de Buenos Aires, son 30 mil personas
detenidas en 57 cárceles y 1900 aproximadamente en 300 comisarías. En 14
institutos de menores que tiene hoy la provincia hay 480 pibes en conflicto con
la ley penal. Pibes de entre 16 y 18 años padeciendo todas estas situaciones de
vulneración de derechos. Un problema muy serio es que el 72% de los presos en
la provincia de Bs. As. están en prisión preventiva. Es decir, todavía la justicia
no dijo que eran culpables del delito que se les imputa. La misma proporción es
para los pibes detenidos en los institutos de menores, es decir, el 72% está en
prisión preventiva.
Y otro grave problema que tiene la provincia de Bs. As. es que cuando
llegan a juicio después de estar en prisión preventiva un promedio de tres
años, 1 de cada 4 personas son absueltas. Hoy en la provincia,
hay 6 mil personas detenidas que van a ser absueltas por el sistema, después de
estar 3 años detenidos padeciendo todas estas cosas … La provincia de Bs. As.
tiene uno de los índices de prisionización más altos de la región, son 194
personas cada 100 mil habitantes. Y cuando hablamos de tortura como práctica
sistemática, cosa que nos hemos ocupado de relevar, hablamos de distintas
formas y metodologías. Nosotros las
hemos documentado, el Comité contra la tortura lleva publicados ya 6 informes
anuales [xviii],
con análisis cuantitativos y cualitativos, en la página de la Comisión por la
Memoria los pueden encontrar. También hemos avanzado en un convenio con el
GESPyDH[xix]
y con la Procuración Penitenciaria en la creación de un Registro Nacional de
casos de Tortura, algo que los organismos internacionales le vienen reclamando
al estado nacional y que este no ha cumplido. Estos tres organismos públicos
nos hemos puesto de acuerdo para llevarlo adelante. Los primeros datos del
registro nacional están recién
procesándose ahora porque llevamos un año en la implementación.
Pero los informes estan y solo hay que querer mirarlos. El último
informe de la procuración penitenciaria federal dio cuenta de un importante
incremento de las torturas entre el año 2010 y el 2009. Está publicado también
en la página de la procuración. Un estudio realizado en 2007, que se hizo
también con el equipo del Germani concluyó que más del 60% de las personas
detenidas entrevistadas padeció malos tratos y torturas. Las encuestas que
hacemos son muy extensas, rigurosamente
elaboradas, con preguntas, repreguntas, la verdad que es un trabajo importante.
En 2007, el 63% de las personas detenidas entrevistadas padeció malos tratos y
torturas por parte del personal penitenciario en tanto que en 2010 fueron el
76% es decir, un incremento del 20 %, una diferencia de 13 puntos porcentual en
los casos registrados. Golpizas, aislamientos, requisas vejatorias, traslados
constantes de detenidos, inclusive métodos de tortura que se reproducen desde
la dictadura hasta acá, porque en definitiva la gran deuda es que no hemos
democratizado las fuerzas de seguridad.
Los mismos patrones autoritarios de la tortura se reproducen desde la
dictadura hasta acá como si nada hubiera pasado en el medio. Estos patrones
estructurales son como dije la persistencia y la generalidad de estas
prácticas. Nosotros el año pasado denunciamos la tortura en el 75% de las
unidades carcelarias. Son prácticas que se vienen desplegando desde hace por lo
menos 7 años, el tiempo en que lo
venimos relevando y denunciando.” [xx]
Comentarios y preguntas
El Diputado Caviglia agradeció a la
Dra. Izaguirre su presencia destacando la importancia de contar con académicos
especialistas en temas de violencia en el ámbito de la Comisión y le preguntó
su opinión acerca de la posibilidad de encontrar un núcleo común a las
diferentes formas de la violencia (física, simbólica, estructural) en sus
diversos ámbitos de expresión (familiar, política, social, etc), que permita
abrir el paso a un campo de conocimiento específico de la violencia: la
violentología, más allá de la circunscripción que cada disciplina ha dado al
fenómeno.
Al respecto, la Dra Izaguirre
respondió que un posible núcleo común a todas las formas de violencia es su
inscripción en el marco de relaciones asimétricas de poder. Toda violencia implica la dominación de un
hombre sobre otro en condiciones de jerarquía y desigualdad. Poder y violencia son pues, inescindibles.
La relatora Paola Rodriguez destacó
tres aspectos de la intervención de Izaguirre. En primer lugar, el enfoque
escogido por la expositora, que permite vincular aspectos micro y macro de la violencia,
conectando el ámbito individual con el social. Este es quizás uno de los
mayores retos de cualquier enfoque que aspire a explicar el fenómeno de la
violencia. En segunda instancia, Rodriguez se refirió a ciertos diagnósticos
sociológicos que vinculan la explosión de los casos de violencia reciente con
la crisis de las instituciones disciplinarias, esto es, con el declive de
instituciones como la escuela, la familia, las instituciones de salud, etc. Pero
– aclaró- decir que el modelo disciplinario ha fracasado ¿no es aceptar que
estamos permanentemente en una de minoría de edad (Kant) y que ni siquiera a
través de estas instituciones reguladoras de la conducta hemos sido capaces de
adquirir un comportamiento menos violento? ¿Qué opinás vos Inés de estos
diagnósticos? – preguntó-. Para terminar -dijo Rodriguez- lo que más me llamó
la atención de la intervención de Inés, que se refirió con profundidad al tema
de obediencia y de la banalización, es que el problema de fondo se halla en la
irreflexividad que hace que muchos sujetos ejerzan la violencia sin ningún tipo
de miramiento. El experimento de Milgram, por ejemplo, mostró que no había aquí
un mal radical, ni que era una estructura de obediencia la que impulsaba a los
“educadores” a descargar voltios sobre los “educandos”. De lo que se trataba
era de una falta de reflexividad de estos sujetos con respecto al mal que
ocasionaban, su problema era la ausencia de cuestionamientos frente a la
crueldad que “les hacían” producir. Traducida a nuestra cotidianidad, esta
falta de reflexión se traduce en indiferencia frente al mal ajeno. Y quizás esa
sea la peor forma de violencia: la indolencia, la incapacidad de sentirse
afectado por el padecer del otro.
La Diputada Viviana Nocito se
refirió a una percepción muy frecuente en el sentido común que encuentra que
hay una violencia que es buena. Se trata de una violencia correctiva,
aleccionadora. En el ámbito de la salud penitenciaria, por ejemplo, se
justifica la violencia sobre el preso con fines disciplinarios. Para ciertos
sectores esta es una violencia legítima. Esta percepción es el resultado de la
subordinación de la política de salud al ámbito del derecho penal.
Inés Izaguirre acotó que pensar que
el castigo cruel va a modificar la conducta de la gente es una fantasía. Esto
es algo sobre lo que ya escribió bastante Michel Foucault. También Alice Miller,
psicoanalista polaca y judía, denunció los efectos devastadores de los castigos
violentos sobre los niños. En su libro, Por
tu propio bien, Raíces de la violencia en la educación del niño (1980),
Miller hizo una crítica de la Pedagogía negra, un método educativo basado en el
maltrato infantil de vigencia en Europa. Miller presentó aquí la tesis de cómo
los violentos métodos alemanes de crianza produjeron a un Hitler y a un asesino
en serie de niños alemán llamado Jürgen Bartsch. Para Miller, el proceso
pedagógico tradicional es manipulación, y resulta en que el adulto ya crecido
acata las autoridades, incluso si son líderes tiránicos o dictadores como Hitler.
Maria Marelli intervino para
preguntar a Inés cuáles serían las posibles líneas de acción para combatir la
violencia. ¿Qué podemos hacer?- preguntó. La conferencista respondió que es imperativo incentivar conductas colectivas
de prevención y sanción social de la violencia. El caso de un grupo de mujeres
de una población que se para a aplaudir en frente de la casa de una mujer
golpeada, es un ejemplo del tipo de acciones que pueden desplegarse
cotidianamente. En segundo lugar, es fundamental crear conciencia de la
problemática a través de campañas en
todos los medios de comunicación. Estas dos acciones se dirigen a una principal
que es cambiar la subjetividad de las personas. Dejar de presentar la violencia
como un hecho naturalizado y recorrer los caminos de su deconstrucción y
crítica.
La Diputada Viviana Nocito afirmó
compartir la opinión de Inés y agregó que, no basta con que el sistema jurídico
cree nuevas leyes para tratar la violencia, sino que se necesita que los
ciudadanos las apoyen y se las apropien. Por citar un ejemplo, el protocolo de
aborto no punible, es el resultado de una lucha muy extensa de las mujeres,
pero se requiere que todas las ciudadanas lo conozcan, se lo apropien y lo
exijan como un derecho. Esto para decir que no basta con legislar, sino que,
como afirma Inés, es fundamental modificar la mentalidad de la gente.
Con unas palabras de agradecimiento
del Diputado Caviglia se dio por terminada la sesión a las 15 horas y se citó
para una próxima reunión el 15 de agosto.
NOTAS:
[i] Piaget, Jean: La representación del mundo en el niño, Madrid, Ed. Morata, 1984
[ii] Piaget, Jean y García,Rolando: Psicogénesis e historia de la ciencia.,
México, Siglo XXI editores, 1984.
[iii] Elina Aguiar, “Violencia y pareja”, en Violencia social y Derechos Humanos,
Coordinado y compilado por Inés Izaguirre, Buenos Aires, Eudeba, 1998, pág. 17
a 35. El libro se puede consultar en http://www.iigg.sociales.uba.ar/conflictosocial/libros.
[iv] Sigmund Freud : El malestar en la cultura, Buenos Aires, Alianza Editorial, 1992,
especialmente cap. 6.
[v] Estas observaciones ya figuran en la
Introducción de mi autoría al volumen colectivo "Violencia social y
Derechos Humanos" (ver nota 3).
[vi] Stanley Milgram, Obediencia a la Autoridad . Un
punto de vista experimental, Bilbao, España, Edit. Desclée de Brower, 1980.
[vii] Karl Marx : El Capital, Edic. Siglo XXI, tomo I, capítulo 23 .
[viii] Max Weber: Economía
y Sociedad, México y Bs. Aires, FCE, tomo I, pág. 43.
[ix] Y que podemos reconocer en una
frase a menudo enunciada en el campo de la lucha armada anticapitalista :
"El poder nace de la boca del fusil" , que sintetiza un nivel de
confianza ingenua, de raíz positivista, en que el que tiene más fuerza es el
que tiene más armas. La guerra de Vietnam es quizás el mejor ejemplo de la
falsedad de ese enunciado.
[x] El presidente
Truman ya en 1947 había proclamado ante el Congreso de Estados Unidos la
doctrina que lleva su nombre, que afirmaba el supuesto “derecho norteamericano de
intervenir en los asuntos internos de otros países, cuando considerara
amenazada su seguridad nacional”. Desde entonces, el comandante supremo
de la OTAN en Europa es siempre un general norteamericano.
[xi] Pablo Bonavena y Flabián Nievas, La
guerra contrainsurgente de hoy,
trabajo presentado a las IX Jornadas de Sociología de la UBA, 8 al 12 de agosto de 2011, Buenos
Aires, FCS .
[xii] Debido a la extensión terrtorial y a la
estructura urbana y suburbana del país, el consumo de combustible para los
grandes automóviles era el mayor del mundo.
[xiii] Gerard Dumenil y Dominique Levy, El capitalismo contemporáneo, el
neoliberalismo, en Revista Actuel Marx , Congreso Marx Internacional II
1998, Buenos Aires, Kohen y Asociados Internacional, año 2000.
[xiv] Bonavena y Nievas, op. cit. en nota
11.
[xv] Idem nota 14.
[xvi]
García, Caterina y Rodrigo, Angel J. editores (2008); La seguridad
comprometida.Nuevos desafíos, amenazas y conflictos armados. Madrid,
Tecnos.
[xvii] Como relata Marisa
Sadi, en Montoneros. La resistencia después del final, Buenos Aires, Edit. Nuevos Tiempos, 2004, p.
44 y ss., ese documento es analizado por las diversas agrupaciones juveniles y
de izquierda del peronismo, y en ellas
se van delineando las diferencias con el Partido, del que abstraían a Perón. En
el seno de la JUP se lo llamaba risueñamente “el mamotreto”, sin conciencia de
las consecuencias amenazantes que implicaba.
[xviii] El próximo martes 14 de agosto presentarán el
7º informe anual, correspondiente al año 2011.
[xix] Grupo de Estudios sobre Sistema
Penal y Derechos Humanos, del Instituto Gino Germani.
[xx] Revista de Conflicto Social, www.webiigg.sociales.uba.ar/conflictosocial/revista, nº 6, Paneles, Roberto Cipriano,
pág. 109.
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