Estimado/as:
Como lo expresara en una de las primeras
intervenciones que hice en este blog valoro este espacio porque nos permite
abordar el fenómeno de la "violencia" y, si me permiten, me gustaría
acompañar a mi reflexión acerca del artículo sobre "Violencia y Consumismo"
el testimonio, en primera persona, de algunas "voces silenciadas" de
nuestros días.
El artículo sobre
"Violencia y Consumismo" me pareció muy interesante porque me hizo
reflexionar acerca de la violencia propia del espacio relacional de
nuestra época. Ella se muestra "líquida, ubicua, escurridiza,
imprevisible". Se habla de una "sociedad del consumo" donde el
deseo es reemplazado por el goce de la inmediatez y, mientras los valores se
desvanecen, la violencia ya no se ejerce como el medio para transformar el
mundo en nombre de ideales, sino como la expresión hueca de"la
violencia por la violencia misma"
En ese contexto en el
"espacio relacional" en el que acontece la "violencia"
aparecen expresiones ligadas a la pérdida de identidad; desvalorización de la
palabra; ausencia del reconocimiento del "otro" como sujeto pensante,
para dar lugar a la sombra de un "nosotros" que niega a ese otro,
silenciándolo.
Por éstas y algunas
otras razones y, a modo de testimonio, comparto con ustedes esta nota cuyo protagonista
es un ejemplo de esas "voces silenciadas" de nuestro tiempo.
Nos seguimos leyendo,
cordialmente,
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