Podemos leer y entender las sabias palabras de nuestro Papa Francisco, que renuevan el mensaje de Jesús en los Evangelios. Podemos leerlas baja la nueva perspectiva fresca por tratarse de un hombre de nuestros tiempos, de nuestra cultura, que está haciendo un trabajo espectacular de renovación de la Iglesia. Pero tenemos que dar un paso adelante - de tan solo leer sus mensajes y admirarlos a ponerlos en la práctica.
¿Qué es lo que significa la palabra
"fraternidad"? Creo que esta palabra puede tener connotaciones
positivas y negativas también. "Fraternidad" como sinónimo de
"hermandad" puede hacernos pensar en nuestras experiencias
familiares. Si tenemos hermanos y tenemos una relación positiva con
ellas, la palabra "fraternidad" sonará bien.
Cuando analizo las dinámicas de las familias, puedo
ver que el tener una buena hermandad es
difícil. Podemos ver a dos hermanitos que se adoran pero que de pronto
pelean. Unos pelean por ganarse el favoritismo de los padres; otros
pelean por personalidad incompatible; otros pelean por falta de madurez, otros pelean porque no tienen algo mejor que hacer.
Se llegan a establecer patrones de pleitos que no se superan. A veces los
padres no tienen el talento o desconocen la forma de ayudar a sus hijos a crear
relaciones sanas de hermandad, contribuyendo a que estas empeoren.
Nuestras relaciones de hermandad establecen
patrones de por vida que podríamos transferir en la convivencia con otros - y
pueden venir tanto viciadas como también pueden ser virtuosas. ¿Qué
podríamos entonces hacer para mejorar las relaciones con nuestros hermanos de
sangre y re-establecer o crear un patrón de relación que sea virtuoso?
Las relaciones familiares pueden ser dolorosas y
pueden causar problemas serios de depresión, violencia, inseguridad,
adaptación, etc. Descubrir, a través del dolor, lo que ha sido dañado
requiere de procesos largos y complicados. Unos se pueden resolver a
través de la psicología - en cuanto a que se logre detectar la causa del
dolor. Pero una vez sabiendo que esa causa viene de una relación familiar
defectuosa, ¿qué más se puede hacer?
¿Podríamos cambiar el patrón de nuestras relaciones
familiares para ser mejores personas? ¿Qué ocurre cuando no se puede
llegar al diálogo con el hermano y mucho menos a la reconciliación? ¿Cómo
proceder, cómo seguir adelante?
Hablar de conflictos entre hermanos, nuestros
hermanos de sangre, es un tema que se oculta.
Tenemos vergüenza de reconocer que no somos los mejores hermanos porque también existe el
orgullo familiar. Todos queremos o
pretendemos tener una buena familia, ser parte de una familia sana y armoniosa. Las cosas “de familia” no se discuten con
otros.
Para lograr cambios y permitir que la fraternidad no sea solo una idea del Papa, tenemos que practicarla. Se trata de crear e integrar una nueva disciplina de actitudes que creo que se puedo lograr a través de pequeños pasos que repetimos. Pequeños actos de solidaridad fraternal, con nuestros propios hermanos, con los otros, de tal forma que la fraternidad se vuelva un hábito virtuoso de todos los días.
Como sociedad, como personas interesadas en la
Violentología como una forma de toma de conciencia de los orígenes de la
violencia ¿cómo podemos despertar el interés de poder ayudar a las familias a
lograr relaciones fraternales?
¿Qué opinas tú?
Lucía Gayón
No hay comentarios:
Publicar un comentario